Este “demonio de Tasmania” es uno de nuestros locos favoritos, de nuestros artistas preferidos porque tiene ese punto que mezcla talento, dulzura, la mencionada locura y una humildad que traspasa cualquier manifestación musical y que antepone la persona al ego de la estrella. Estrella que se niega a brillar, o a la que le da igual, y de la que esperamos un álbum que de momento no llega. No tiene prisa. Bolmer es un conocido músico y remezclador que ha trabajado para proyectos como Salvador Tóxico,Conmutadores, Electronikboy, Yogurinha Borova o Algora y que, de vez en cuando, sube a sus dominios un tema propio. Es el caso de esta maravillosa versión de uno de los hits de Mina, grabado originalmente en 1960 y con una trayectoria de versiones interminable.
La última conocida, por mí, es esta que nos ocupa y en la que el músico le da al clásico una pátina de delicada y bailable electrónica que unida a la voz de Valeria Vitale nos emocionó y mucho. Dejé de contar las veces que esta canción sonó en mis objetos reproductores. Pasó desapercibida, sí, pero no para un buen número de seguidores que descubrimos a Mina y a Bolmer.